¿Qué es la neurociencia?

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La neurociencia es la ciencia que estudia el sistema nervioso, con especial énfasis en el cerebro, buscando comprender cómo funciona y cómo influye en nuestros comportamientos, emociones, pensamientos, hábitos y percepciones. Es como una lupa que observa todo lo que ocurre en nuestra mente y cuerpo.
La neurociencia intenta responder preguntas como:
- ¿Por qué sentimos lo que sentimos?
- ¿Cómo formamos recuerdos?
- ¿Qué nos motiva a actuar (o no actuar)?
- ¿Cómo podemos cambiar conductas o sanar heridas emocionales?
La respuesta a todo esto reside en los billones de conexiones neuronales que se producen en nuestro cerebro, el órgano más misterioso, complejo y fascinante del cuerpo humano. Y ahí es precisamente donde entra en juego esta ciencia: mapeando, analizando e interpretando el funcionamiento neuronal.
“La neurociencia es el campo de la ciencia que estudia cómo funcionan el cerebro y el sistema nervioso para influir en los pensamientos, las emociones y los comportamientos”.
Orígenes históricos y avances tecnológicos
La palabra “Neurociencia” proviene del griego: “neuro” (nervio) y “skopein" (observar). Aunque es un campo relativamente nuevo, sus raíces se remontan a la Antigua Grecia, cuando filósofos como Hipócrates ya sugerían que el cerebro era el centro de las emociones y el pensamiento.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que la neurociencia comenzó a consolidarse como ciencia. Con la invención del microscopio y los avances en anatomía, fue posible observar las neuronas, esas diminutas células que lo comunican todo dentro de nuestro cuerpo.
Además, no fue hasta el siglo XX, con el avance de la tecnología, que esta ciencia realmente despegó. La llegada de pruebas como la electroencefalografía (EEG), la resonancia magnética funcional (RMf) y la tomografía computarizada permitió a los científicos ver literalmente el cerebro en acción. Desde entonces, hemos ido desvelando las capas de lo que antes era un completo misterio.
¿Por qué es tan importante la Neurociencia hoy en día?
Vivimos en la era de la mente. En este sentido, comprender cómo funciona el cerebro ya no es solo una curiosidad científica, sino una necesidad.
La conexión entre el cerebro y el comportamiento
¿Te has preguntado alguna vez por qué a veces actúas en piloto automático? ¿O por qué repites ciertos patrones, aunque sabes que no te hacen bien? Pues bien, todo se debe a los engranajes invisibles de tu cerebro.
De esta manera, la neurociencia nos ayuda a comprender cómo se conectan los pensamientos, las emociones y los comportamientos. Demuestra que nada ocurre por casualidad en nuestra mente: hay una lógica detrás de cada reacción, incluso si no seamos conscientes de ella.
Por ejemplo, los estudios demuestran que la mayoría de nuestras decisiones se toman inconscientemente, influenciadas por patrones neuronales que se forman a lo largo de la vida. Es más, nuestros cerebros son perezosos. Prefieren repetir caminos familiares en lugar de crear nuevos, incluso si estos no son los mejores para nosotros.
Además, al estudiar cómo se comunican las neuronas, cómo surgen los hábitos y cómo responde el cerebro a los estímulos externos, esta ciencia nos permite reprogramar nuestros comportamientos — e incluso transformar nuestra realidad interna y externa.
Por lo tanto, con este entendimiento, podemos mapear y cambiar ciertos patrones mentales, identificando los detonantes que desencadenan comportamientos automáticos, lo cual es valioso no sólo para el desarrollo personal, sino también para áreas como la educación, el liderazgo y la salud mental.
“La neurociencia demuestra que nuestro comportamiento es un resultado directo de cómo el cerebro procesa los estímulos y las experiencias, tanto conscientes como inconscientes”.
La influencia de la neurociencia en la salud mental y física
Otra razón por la que la neurociencia ha ganado tanta fuerza en los últimos años es su impacto directo en cómo lidiamos con las emociones, las enfermedades y el bienestar.
Afecciones como la ansiedad, la depresión, el trastorno de pánico o incluso la agotamiento puede comprenderse más profundamente a la luz de la neurociencia. El desequilibrio de neurotransmisoresLa sobreestimulación del sistema límbico y la activación prolongada del eje del estrés, por ejemplo, ayudan a explicar por qué estas condiciones afectan al cuerpo y a la mente tan intensamente.
Y no termina ahí: la neurociencia también muestra cómo hábitos aparentemente simples, como dormir bien, meditar, comer conscientemente y respirar correctamente, tienen un impacto directo en la bioquímica del cerebro.
Así, hoy sabemos que es posible modular el cerebro con decisiones cotidianas. En otras palabras, el estilo de vida es una poderosa "medicina", y la neurociencia es el mapa que nos ayuda a usarlo estratégicamente.
Cómo funciona el cerebro según la Neurociencia
Teoría neuronal y comunicación entre neuronas
El cerebro humano está compuesto de aproximadamente 86 mil millones de neuronas, y cada uno de ellos puede conectarse con miles de otros, creando una verdadera galaxia de conexiones llamadas sinapsis.
Pero ¿qué es exactamente una neurona?
Las neuronas son células especializadas que transmiten impulsos eléctricos y químicos. Son los mensajeros del sistema nervioso. Por lo tanto, cuando vemos, sentimos, pensamos o actuamos, las neuronas se envían señales entre sí en una fracción de segundo.
EL teoría neuronal, propuesta por Santiago Ramón y Cajal, explica que las neuronas son unidades independientes que se comunican a través de sinapsis, uniones por donde pasan las señales de una célula a otra.
Es este sistema de comunicación el que permite todo: desde memorizar una canción hasta resolver un problema o sentir nostalgia.
“La teoría neuronal establece que las neuronas son unidades individuales que se comunican entre sí a través de sinapsis, formando la base de la función cerebral”.
Neurotransmisores: los mensajeros del cerebro
Ahora que sabemos que las neuronas se comunican, necesitamos entender cómo ocurre esta comunicación.
Entran los neurotransmisores: sustancias químicas encargadas de transmitir señales entre neuronas. Cada neurotransmisor tiene una función diferente:
- Dopamina:relacionado con la motivación, la recompensa y el placer
- serotonina: vinculado al estado de ánimo, el bienestar y la regulación del sueño
- Noradrenalina:activación, enfoque y respuesta al estrés
- Acetilcolina:atención y memoria
- GABA: calmante cerebral natural, reduce la ansiedad
Cuando estos mensajeros están desequilibrados, surgen los síntomas que experimentamos en nuestra vida diaria: fatiga, irritación, falta de motivación o incluso ataques de ansiedad.
¿La buena noticia? Existen maneras naturales y efectivas de regular estas sustancias químicas, y la neurociencia ha demostrado el camino.
Sistema límbico: el centro de las emociones
Dentro de nuestro cerebro hay un “núcleo emocional” llamado sistema límbicoEstá formado por estructuras como el hipocampo, la amígdala y el hipotálamo, y es responsable de procesar las emociones, formar recuerdos afectivos y reaccionar a los estímulos emocionales.
¿Conoces esa sensación de mariposas en el estómago al recibir noticias inesperadas? ¿O ese miedo irracional a algo que no supone ningún peligro real? El sistema límbico está al mando.
En particular, la amígdala es en gran medida responsable de detectar amenazas. Por lo tanto, se activa instantáneamente en situaciones de miedo, riesgo o estrés. Sin embargo, el hipocampo ayuda a consolidar los recuerdos, especialmente aquellos con implicaciones emocionales.
“El sistema límbico es la parte del cerebro responsable de regular las emociones, los recuerdos emocionales y las respuestas automáticas como el miedo o el placer”.
Entender cómo funciona este sistema es esencial para entender cómo las emociones dan forma a nuestras decisiones y cómo podemos aprender a regularlas.
Las neuronas espejo y la mente social
¿Qué son las neuronas espejo?
Imagina ver a alguien sonreír y, sin darte cuenta, sentir la necesidad de sonreír también. O ver una película y conmoverte con el dolor de un personaje, aunque sepas que es ficción. Este fenómeno tiene una base neurológica concreta: neuronas espejo.
Estas neuronas fueron descubiertas por casualidad en la década de 1990 por investigadores italianos de la Universidad de Parma mientras estudiaban el cerebro de monos. Observaron que ciertas neuronas se activaban tanto cuando el mono realizaba una acción como cuando simplemente observaba a otro mono haciendo lo mismo. Así, era como si el cerebro "imitara desde dentro" lo que veía desde fuera.
“Las neuronas espejo son células cerebrales que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a otra persona realizando esa misma acción”.
En los humanos, estas neuronas están fuertemente vinculadas a la empatía, el aprendizaje observacional, el lenguaje e incluso la capacidad de imaginar lo que siente la otra persona.
Cómo explican la empatía, la imitación y la conexión
Gracias a las neuronas espejo, podemos ponernos en el lugar del otro, literalmente. Así, cuando vemos a alguien herido, por ejemplo, nuestro cerebro simula internamente esa experiencia. Por eso sentimos dolor cuando vemos a alguien herido o alegría cuando recibimos buenas noticias.
Por lo tanto, las neuronas espejo son la base del aprendizaje social, especialmente en la infancia. Los bebés, por ejemplo, aprenden mucho observando, y sus cerebros utilizan las neuronas espejo para "entrenar" comportamientos incluso antes de ponerlos en práctica.
Además, estas neuronas son responsables de la llamada "contaminación emocional": cuando nos encontramos en un entorno tenso, incluso sin palabras, nuestro cuerpo entra en estado de alerta. De igual manera, la presencia de alguien tranquilo puede tranquilizarnos.
Esto explica por qué los líderes emocionalmente regulados influyen positivamente en sus equipos, o por qué vivir con personas tóxicas afecta nuestra energía mental.
Es más, estos descubrimientos han dado fuerza a las prácticas terapéuticas, al coaching basado en compenetraciónProgramación Neurolingüística e incluso marketing emocional. Todo porque, al fin y al cabo, somos seres conectados, por dentro y por fuera.
¿Cómo aprende el cerebro?
El proceso de aprendizaje según la Neurociencia
Aprender es mucho más que memorizar información. Desde una perspectiva neurocientífica, aprender Es formar y fortalecer conexiones entre neuronas. Así, cada nueva información, cada repetición, cada práctica bien realizada estimula a las neuronas a comunicarse con mayor eficiencia.
Este proceso se denomina potenciación sináptica: cuanto más se activa una conexión, más fuerte se vuelve. De esta manera, es como si las neuronas "crearan intimidad", facilitando la repetición de esa acción, pensamiento o conocimiento en el futuro.
El aprendizaje, por lo tanto, es una actividad física y activa en el cerebro. Implica estructura, emoción, atención y repetición.
“El aprendizaje es formar y fortalecer conexiones entre neuronas, lo que ocurre a través de la repetición y la atención a los estímulos”.
Neuroplasticidad: el cerebro moldeable
Durante mucho tiempo, se creyó que el cerebro humano se formaba en la infancia y luego se "terminaba", como una máquina terminada. Pero la neurociencia ha demostrado que esto está lejos de ser cierto.
Hoy sabemos que el cerebro es plástico. Es decir, cambia con el uso. Esta adaptabilidad se llama... neuroplasticidad.
La neuroplasticidad permite al cerebro:
- Reestructurar áreas dañadas después de un accidente o trauma.
- Adquiera nuevas habilidades a cualquier edad
- Crea hábitos y elimina patrones disfuncionales
- Aprende un nuevo idioma o instrumento musical
- Adaptarse a diferentes contextos emocionales y sociales
En otras palabras, no estás limitado a tu cerebro actual. Puede transformarse con intención, práctica y la estimulación adecuada.
El papel de la emoción en el aprendizaje
Hay un ingrediente esencial para que el cerebro aprenda verdaderamente: la emoción.
No es de extrañar que recordemos eventos memorables, como un primer beso o un accidente, con gran detalle. Por lo tanto, la emoción actúa como un amplificador del aprendizaje.
De esta manera, el sistema límbico, especialmente la amígdala, actúa como un "filtro de relevancia". Si algo nos conmueve emocionalmente, el cerebro lo entiende: "¡Esto es importante, hay que guardarlo!".
Por lo tanto, los entornos de aprendizaje con seguridad emocional, curiosidad y entusiasmo son infinitamente más efectivos que los contextos basados en el miedo o el castigo.
Consejo práctico: Para aprender algo más rápido, asocie la práctica con algo emocionalmente relevante: un objetivo de vida, un recuerdo positivo o un logro que realmente desee.
Áreas de la Neurociencia: ¿cómo se divide?
La neurociencia es extensa y abarca diversas áreas especializadas. Estas son las principales:
Neurociencia cognitiva
EL Neurociencia cognitiva Estudia cómo el cerebro procesa el pensamiento, la memoria, el lenguaje, la percepción y la resolución de problemas. En otras palabras, busca comprender cómo construimos ideas, tomamos decisiones e interpretamos el mundo que nos rodea.
Este campo combina estudios psicológicos con tecnología de imágenes cerebrales (como fMRI) para comprender cómo se activan partes específicas del cerebro en diferentes tareas cognitivas.
“La neurociencia cognitiva estudia cómo el cerebro procesa la información relacionada con el pensamiento, la memoria, la percepción y el lenguaje”.
Neurociencia del comportamiento
Aquí, el enfoque se centra en comprender cómo funciona el cerebro. influye en el comportamiento Observable. Esto incluye decisiones impulsivas, reacciones emocionales e incluso adicciones.
Se utiliza ampliamente en estudios con animales y humanos para investigar patrones que surgen de la interacción entre el cerebro, el entorno y las experiencias.
Neurociencia afectiva
¿Cómo sentimos lo que sentimos? Esta es la pregunta que la neurociencia afectiva busca responder. Este campo estudia los mecanismos cerebrales de las emociones, como el miedo, la alegría, la tristeza, la ira y el amor.
Investiga cómo el sistema límbico, la amígdala y los neurotransmisores interactúan para generar estados emocionales y cómo podemos aprender a regularlos.
Neurociencia social
¿Alguna vez has notado cómo nos influyen las personas que nos rodean?
La neurociencia social estudia el comportamiento del grupo humano, la empatía, el juicio social, la influencia, la cooperación e incluso los prejuicios, todo ello basado en cómo el cerebro responde a las interacciones sociales.
Es en esta zona donde las neuronas espejo adquieren protagonismo.
Neuropsicología
Este es el vínculo directo entre el cerebro y la conducta clínica. Por lo tanto, la neuropsicología estudia cómo las lesiones o alteraciones neurológicas afectan la conducta, la cognición y la emoción.
Es ampliamente utilizado en evaluaciones de pacientes con daño cerebral, Alzheimer, accidentes cerebrovasculares, TDAH o trastornos cognitivos.
Neurociencia computacional
Este es un campo más técnico y matemático que utiliza modelos computacionales para simular el funcionamiento del cerebro. En este sentido, constituye la base para el desarrollo de la inteligencia artificial y las redes neuronales artificiales.
Además, esta área ayuda a comprender patrones complejos de conectividad entre neuronas, lo que sería imposible mediante la sola observación directa.
Aplicaciones prácticas de la neurociencia
Educación y aprendizaje eficaces
La neurociencia ha revolucionado el campo de la educación. Hoy sabemos que el cerebro aprende mejor en entornos con seguridad emocional, estimulación positiva y variedad sensorial. La idea generalizada de que cada estudiante aprende de forma diferente (visual, auditiva y kinestésica) se basa en descubrimientos sobre cómo los diferentes sentidos activan distintas áreas del cerebro.
Además, el concepto de neuroplasticidad ha demostrado que todo estudiante es capaz de aprender; basta con el estímulo adecuado, con la intensidad y el ritmo adecuados. Esto refuerza la importancia de enseñar con empatía, paciencia e intencionalidad.
“La neurociencia aplicada a la educación demuestra que el cerebro aprende mejor cuando está emocionalmente seguro y estimulado por experiencias significativas”.
Psicología, terapias y bienestar emocional
Técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC), EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares), Mindfulness Incluso las herramientas de Programación Neurolingüística (PNL) cuentan con respaldo neurocientífico. Por lo tanto, funcionan porque ayudan al cerebro a crear nuevas conexiones, reemplazando patrones disfuncionales por vías más saludables.
La neurociencia también ayuda a los psicólogos a comprender cómo afecta el trauma al sistema nervioso, cómo se almacenan las emociones en el cuerpo y cómo promover un cambio duradero sin depender únicamente del lenguaje racional.
Medicina, salud pública y prevención
En medicina, la Neurociencia es esencial para comprender y tratar enfermedades neurológicas y psiquiátricas, como el Alzheimer, el Parkinson, la epilepsia, la depresión, ansiedad, esquizofrenia, entre otras.
Pero no queda ahí: también incide en las estrategias de prevención, la creación de políticas públicas de salud mental e incluso en la concientización sobre el impacto del estrés crónico en el organismo.
Hoy, por ejemplo, se sabe que el dolor crónico, la baja inmunidad y el insomnio pueden tener su origen en un cerebro desregulado. Por lo tanto, cuidar la mente es cuidar el cuerpo, y viceversa.
Liderazgo, productividad y entornos corporativos
Las empresas que aplican principios de neurociencia van un paso por delante. Entienden, por ejemplo, que la multitarea reduce la productividad, que el reconocimiento libera dopamina y que los empleados con regulación emocional toman mejores decisiones.
Además, la neurociencia aplicada al liderazgo enseña cómo desarrollar la empatía, la escucha activa, la regulación emocional y la motivación intrínseca, todo ello basado en el funcionamiento del cerebro social.
Así, los entornos corporativos saludables son aquellos que respetan los límites biológicos y emocionales de los seres humanos, y es aquí donde entra la Neurociencia como herramienta de transformación.
Neurociencia, PNL, Mindfulness y mentalidad
Cómo la ciencia valida estas prácticas
Durante mucho tiempo, técnicas como Mindfulness La psicología cognitiva y la Programación Neurolingüística (PNL) han sido vistas con recelo por la ciencia convencional. Pero eso está cambiando, y rápidamente.
La neurociencia moderna ha confirmado que las intervenciones mentales y emocionales pueden generar cambios reales y mensurables en la estructura y función cerebral. Las resonancias magnéticas, por ejemplo, muestran cambios en corteza prefrontal y en la amígdala después de algunas semanas de meditación regular.
Por otro lado, la PNL, al centrarse en el lenguaje, la concentración y los patrones mentales, trabaja directamente con conceptos como la atención selectiva y la neuroplasticidad.
“Prácticas como Mindfulness y PNL cuentan con respaldo neurocientífico, ya que influyen en la plasticidad cerebral, la concentración y la regulación emocional”.
Atención, concentración y cambio de patrones mentales
El cerebro se centra en áreas de relevancia emocional. Por lo tanto, aprender a controlar la concentración —en lugar de dejar que la mente divague en piloto automático— es una de las claves de la neurociencia aplicada.
MindfulnessPor ejemplo, es como entrenar con pesas para el cerebro. Cuanto más practicamos, más desarrollamos áreas relacionadas con el autocontrol, la empatía y la estabilidad emocional.
La mentalidad, popularizada por Carol Dweck, está completamente relacionada con las creencias que moldean el comportamiento. Una mentalidad fija (la del tipo "soy así") activa patrones neuronales de defensa y miedo. mentalidad de crecimiento Activa redes vinculadas a la curiosidad, la recompensa y la apertura a lo nuevo.
PNL y Mindfulness Trabajar precisamente en esta transición: sustituir patrones inconscientes limitantes por respuestas conscientes y flexibles.
Técnicas prácticas con respaldo científico
¿Quieres aplicar la neurociencia a tu vida diaria? Aquí tienes algunos ejemplos sencillos y bien fundamentados:
- Meditación de atención plena (Mindfulness): Reduce el volumen de la amígdala y aumenta el grosor de la corteza prefrontal.
- Afirmaciones positivas y visualizaciones (PNL): Activar áreas asociadas a la motivación y crear nuevas conexiones neuronales.
- Respiración consciente: Activa el nervio vago, promoviendo la relajación y el equilibrio del sistema nervioso autónomo.
- Reinterpretación de los acontecimientos (replantear): ayuda al cerebro a codificar recuerdos con menos carga emocional negativa.
- Anclaje emocional (PNL): Crea desencadenantes neuronales positivos para momentos de estrés o desafío.
Todas estas prácticas pueden parecer simples, pero producen una reestructuración neuronal real cuando se realizan con frecuencia y de manera intencional.
Cómo aprender más sobre neurociencia
Mucha gente piensa que la neurociencia es algo reservado para médicos y científicos, pero la verdad es que cualquier persona curiosa puede empezar a estudiar el cerebro y aplicar este conocimiento en su vida diaria.
Hoy en día, existen innumerables canales, cursos y libros disponibles con un lenguaje accesible sin sacrificar la profundidad. Por lo tanto, la clave es empezar con lo básico y progresar gradualmente, utilizando fuentes confiables y basadas en evidencia.
Cualquiera puede aprender neurociencia a partir de fuentes confiables, como libros introductorios, cursos en línea y videos educativos.
No necesitas saber bioquímica para aplicar la neurociencia a tu día a día. Simplemente comprende conceptos clave como la plasticidad cerebral, la atención, las emociones, los hábitos y el comportamiento. Esto te ayudará a transformar tu forma de pensar, sentir y actuar.
Libros, cursos y canales recomendados
Aquí hay algunos consejos valiosos para aquellos que quieran comenzar (o profundizar):
Libros
El cerebro que se transforma a sí mismo – Norman Doidge (Autor), Ryta Vinagre (Traductor)
(Sobre neuroplasticidad y casos reales de reprogramación cerebral)
El camino del borracho: Cómo el azar determina nuestras vidas – Leonard Mlodinow (Autor), Diego Alfaro (Traductor), Samuel Jurkiewicz (Colaborador)
(Mezcla Neurociencia, Estadística y Comportamiento con Ligereza)
El hombre en busca de sentido: Un psicólogo en un campo de concentración – Viktor E. Frankl (Autor), Carlos Cardoso Aveline (Traductor), Walter O. Schlupp (Traductor)
(Aunque no es técnico, dialoga con la Neurociencia aplicada a la resiliencia)
Cursos y Plataformas
- Fundamentos de la neurociencia (Universidad de Harvard)
Gratuito, con subtítulos y materiales didácticos accesibles. - Neurociencia en la escuela – Singularities Institute
Centrarse en la aplicación en el aula. - Neurofuncional – Canal sobre Neurociencia de forma sencilla y didáctica
Con estas fuentes, el conocimiento deja de ser técnico y se vuelve transformador.
Conclusión: El poder de conocer tu mente
Comprender cómo funciona el cerebro no es solo una curiosidad: es una invitación a vivir con mayor consciencia, ligereza y autonomía. La neurociencia nos muestra que los pensamientos no son verdades absolutas, los hábitos no son inmutables y las emociones no son enemigas. Por lo tanto, todo puede comprenderse, reinterpretarse y transformarse.
Más que eso: puedes reprogramar tu mente, cambiar patrones, crear nuevas conexiones y construir un camino mental más ligero, productivo y saludable. El cerebro es como un jardín, y la neurociencia te enseña a cuidar este espacio fértil cada día.
Y quizás lo más hermoso de todo esto es darnos cuenta de que, tras toda la complejidad neurológica, somos seres humanos intentando vivir mejor. Y tenemos la ciencia de nuestro lado para lograrlo.
Preguntas frecuentes sobre neurociencia – FAQ
1. ¿Qué es la neurociencia en pocas palabras?
Es la ciencia que estudia el cerebro, el sistema nervioso y cómo influyen en el comportamiento, las emociones y la mente.
2. ¿La neurociencia es sólo para médicos o científicos?
¡No! Cualquiera puede aprender neurociencia. Hay mucho contenido accesible para principiantes.
3. ¿Cómo ayuda la neurociencia al bienestar?
Ella muestra cómo las emociones, los hábitos y los pensamientos afectan el cerebro y cómo podemos cambiar estos patrones para lograr una mayor salud y equilibrio.
4. ¿Tiene la neurociencia algo que ver con la inteligencia artificial?
¡Sí! La neurociencia computacional es una de las bases para el desarrollo de las redes neuronales y la IA.
5. ¿Puedo cambiar mi cerebro con prácticas como la meditación?
¡Sí! La neuroplasticidad demuestra que el cerebro cambia con el entrenamiento y la repetición. Mindfulness, por ejemplo, incluso modifica la estructura del cerebro.
Imagen: Freepik

Marcel Castilho es especialista en neuromarketing, neurociencia, mindfulness y psicología positiva. Además de publicista, también es Máster en PNL – Programación Neurolingüística. Como propietario y fundador de la agencia de comunicación VeroCom y también de la agencia digital Vero Contents, estudia el comportamiento humano desde hace más de 30 años.